Voy a iniciar con un pasaje de un manual de derecho masónico:
“El masón por definición es esencialmente racional; sus conceptos, sus ideas, sus creencias son el resultado de su razonado juicio, de su libre pensamiento, de su particular percepción de las cosas, sin que pueda imponérsele una creencia, una idea o un concepto, que no tenga cabida lógicamente en su estructura mental o en su conciencia; por lo mismo, el Masón es profundamente respetuoso de los criterios, valores y creencias de los demás, no pretende imponer totalitariamente sus opiniones, valora la confrontación y cree en la diversidad”.
Las personas que piensan distinto…
Cuando evaluamos la opinión de alguien que no comulga con nosotros sobrevienen 3 ideas:
- ¿La opinión de mi adversario es el producto de su decisión individual?
- ¿Es consecuencia de un fallo intelectual, moral o de la voluntad?
- Las evidencias son necesarias pero son insuficientes, o no alcanzan?
LA POST VERDAD
Es lo que pasa cuando aunque la información esté, se deja de lado y se siguen las emociones o las creencias.
El “modo de pensar”.
Como dialogamos cuando el problema no es la evidencia sino un desacuerdo ideológico.
Hay opiniones que son temporales, otras son intensas o duraderas y otras se vuelven parte de nuestra identidad. Cualquier duda de lo que pensamos es una duda acerca de lo que somos y eso es insoportable. La necesidad de proteger nuestra integridad nos hace agruparnos en tribus que piensan como nosotros. La información que admitimos nos resulta confortable, refuerza nuestros “silos mentales” y funciona como una cámara de eco de nuestros prejuicios y limitaciones, nos condena a nosotros mismos. Nos hace creer que aquello que nosotros creemos es la única verdad posible.
Por eso ni la evidencia ni la educación funcionan, cualquier otra opinión ya no es solamente distinta, es disonante, es ajena y debe ser eliminada.
Yo creo en una conversación enriquecedora. Debemos entonces tratar de alejarnos del tribalismo, distinguir entre lo que creemos y como lo creemos, plantear nuestras opiniones sin que lo que pensamos se convierta en lo que somos, separar la opinión de una persona de esa persona que la emite. Debemos fomentar la pluralidad de ideas y debemos ser capaces de admitir ideas diferentes.
Al valorar la opinión de una persona se debe tener en cuenta los grados de libertad de que dispone y las restricciones que actúan en sus decisiones.
Para un miembro dependiente de un hogar sus opiniones dependen de su entorno y no es solo “su forma de pensar”. Cuando cambia su forma de pensar habitualmente también ha cambiado su entorno.
La adopción de determinadas formas de pensamiento no puede confinarse al ámbito de la decisión individual, voluntaria y deliberada de las personas. Son las “condiciones” estructurales las que producen los “estilos” personales.
Las primeras escapan a la decisión individual y las segundas son configuradas por el mundo cultural. Reducir la forma de pensar a un problema individual implica desconocer el papel de las estructuras económicas, sociales y culturales donde esas vidas se desarrollan.
La supuesta “elección” de ciertas conductas se encuentra limitada también por el sistema de derechos, de posibilidades de acceso y por la educación necesaria para decidir con conocimiento y libertad.
En estos tiempos de ofertas políticas florecen los líderes mesiánicos que proponen soluciones individuales. Se hacen «creíbles» las propuestas que suponen poder resolver en los individuos los problemas sociales.
La humanidad ha evolucionado en comunidad desde tiempos inmemoriales. Desde la encefalización al arte, desde el uso del fuego a las ciencias; sus logros han sido siempre el producto de acciones del grupo y no de iluminados ni mucho menos de titánicos esfuerzos de la voluntad de uno de sus miembros aislado de sus semejantes.
Incluso las opiniones que adquieren la ilusión de ser completamente personales ocultan y reproducen su origen social. Las personas “eligen” como si fuera propio lo que corresponde al grupo de pertenencia. La educación y la socialización en el interior de determinado segmento social condicionan la percepción de las elecciones posibles.
Sectores menos favorecidos en sociedades desiguales no pueden acceder al conocimiento, se ven obligados al consumo de información procesada por una sola fuente y esto tiene un impacto social significativo. La información trasmitida por medios clásicos o alternativos se hace notoria en el actuar social de acuerdo a sesgos cognitivos por estos actores sociales.
Dominique Wolton aclara que “Los medios de comunicación constituyen el núcleo del lazo social en la democracia moderna», argumenta, mientras que señala que “las relaciones sociales son frágiles: informar no es comunicar, significa que la información es seria, la comunicación no siempre lo es. Se apoya a la información y no a la comunicación, en la que ésta última se convierte en manipulación y desinformación en la mayor parte del tiempo”.
La invisible mano del mercado concentra la comunicación en zonas de mayor rentabilidad.
Por primera vez en la historia de la especie las corporaciones saben más que los cientistas acerca de estos fenómenos.
En la Universidad de Stanford, que está ubicada en el corazón de Silicon Valley, allí tiene su sede el Laboratorio de Tecnología Persuasiva donde sus investigadores buscan la forma de que las páginas web y las aplicaciones móviles que usamos manipulen lo que pensamos y hacemos. Los dispositivos digitales y el enorme volumen de información personal acumulado acerca de nosotros a partir de nuestra actividad online están creando una vía nueva para manipular nuestros pensamientos y acciones aprovechando las vulnerabilidades de la mente detectadas por la economía del comportamiento, la psicología y la neurociencia.
La manipulación de la conducta es producto del conocimiento íntimo de sus mecanismos y circuitos involucrados. El funcionamiento de los circuitos cerebrales de motivación /recompensa son el modo en que la cultura crea conductas.
El placer y la aversión han sido imprescindibles para la supervivencia de la especie. Hasta que la industria de la información puso ese mecanismo a su servicio. Es la manipulación de la comunicación puesta al servicio de los intereses. El resultado de la proliferación de noticias falsas es la manipulación de nuestras elecciones.
La meta de estas empresas de comunicación es el tiempo en que permanecemos en su plataforma, el objetivo es la atención del usuario que es lo que realmente se vende a los anunciantes. Se explota vulnerabilidades de nuestra mente para maximizar el efecto adictivo.
En la teoría de la comunicación en el proceso de trasmisión de la información se valoran las actitudes que presenta el individuo: la actitud del individuo hacia si mismo, la actitud del individuo hacia el tema de que se trata y la actitud del individuo hacia el emisor. En este ámbito influyen las clases sociales, ya que la forma de comunicación varía, debido a que el entorno del sujeto determina los términos que usa en su haber cotidiano y su contextualización en el entorno sociocultural en que habita. Cada grupo social interpreta de diferentes maneras. La elección dependerá de su necesidad, de la información que disponga y de la facilidad de digerir el mensaje.
El componente más relevante de la cultura mediática es claramente la publicidad. Los mensajes de ésta siguen siendo creación de hábitos de consumo y ocio. Está claro que la publicidad tiene su enfoque en mostrar mentalidades orientadas al éxito económico, aventura y atractivo sexual. Con estas tendencias las redes sociales se han convertido en el medio dominante en la comunicación de masas, donde actualmente los jóvenes y adultos pasan la mayor parte de su tiempo mirando una pantalla de celular o computador.
No es extraño encontrar en la sociedad actual, que algunos personajes se aprovechen de otros, pertenecientes a unos colectivos, clases o segmentos socioeconómicos. El mundo mediático suele ser un negocio, no un elemento de formación, con entretenimiento o no.
La información proveniente de los medios es inconexa y conduce a confusión, a desinformación. A menos que la formación previa del receptor sea considerablemente buena.
El mensaje coloca en el mercado ideas con la finalidad de conseguir dinero e influencia. La ideología es eso: dinero e influencia. Es una ideología en la que la dignidad del ser humano, su derecho a conocer, a dudar, a pensar, a enriquecerse espiritualmente, pasan a un plano en el que carecen de importancia, todo eso está ausente.
Una cultura se define por el conjunto de ideas y valores que encarna. En su interior, el sentido común opera como un marco teórico que orienta nuestras evaluaciones de lo que la realidad nos ofrece. Esto no solo incluye los juicios que nos formamos acerca de los hechos sino algo mucho más profundo y contraintuitivo: configura nuestras percepciones acerca de ellos. No se trata solo del modo en que evaluamos lo que ocurre sino del modo en que lo vemos.
No podemos cambiar la forma de pensar solo con la educación sino que debemos alterar aquellas circunstancias que hacen que esas opiniones parezcan óptimas.
Si el substrato de donde proviene una persona es diferente, si la fuente a la que recurre es diferente, si su marco de referencia o creencias es diferente es improbable encontrar coincidencias. Es prudente recordarlo cuando discutamos.
Mi palabra
Abraxas
REFERENCIAS
- Villamizar DF y col. Manipulación social como consecuencia de la difusión de noticias falsas. PDF
- Derecho masónico. Rodolfo Mantilla Jácome, Mario Guevara Mendoza, Carlos Mario Frías Rubio.
- La cómoda falacia del estilo de vida. Daniel Flichentrei.
- Dominique Wolton. RAZÓN Y PALABRA Primera Revista Electrónica en América Latina Especializada en Comunicación http://www.razonypalabra.org.mx